La Sargento Marina Romero creó el cuartel de Bomberos Voluntarios en la localidad de Las Arrias. Como un ejemplo claro de vocación y fortaleza, su historia aún no termina de escribirse.


Fue justamente en esta localidad donde su eterna curiosidad la llevó a interesarse por una profesión no muy común. En el año 2004 ingresó a los Bomberos Voluntarios, sellando de esta manera una larga historia de vocación que hasta el día de hoy profesa. Años después, fue la Institución Policial quien le abrió sus puertas porque ese sentimiento de servir al prójimo continuaba brillando en ella: "el hecho de ser policías nos acerca a las personas de una manera más humana".
Hoy, la Sargento Romero de 39 años, se ha convertido en una mujer con una fortaleza admirable: la vida le ha enseñado mucho. A diferencia de otras personas, ha logrado aprender de los momentos difíciles y ha crecido debido a ellos. Marina se sigue superando día a día cuando la vida no deja de sorprenderla. De hecho, mucha de su fortaleza la consigue de las ganas de ser siempre una mejor versión de sí misma.
Actualmente, se desempeña en Las Arrias, una pequeña localidad del Departamento Tulumba, donde es reconocida por haber creado, gracias a la ayuda de las autoridades locales, el Cuartel de Bomberos Voluntarios de ese lugar. Como es de esperarse, no fue una tarea fácil. Hubo que reclutar personal, instruirlos, transmitirles esa vocación. El mismo ya cuenta con personalidad jurídica y ha extendido su trabajo hasta la Comuna de La Posta, donde espera lograr el mismo objetivo.
Como quien no entiende de imposibles, intenta explicar con palabras la pasión que siente desde pequeña por ayudar a los demás: "en una sociedad en que todo tiene que tener rédito alguno, es una gratificación poder ser útiles con lo que hacemos. Estar al servicio del otro habla bien de lo que somos como seres humanos".
De esta manera, Marina combina el ejercicio de su profesión policial con la de bombero voluntario, preocupándose por crecer continuamente. No le teme a los cambios sino que, por el contrario, está lista para los retos. Para una niña que lo perdió todo y que supo reinventarse a sí misma a lo largo de los años ¿Cuál es el límite? En todo caso, es entender, por experiencia propia, la magnitud de los sueños.
Fuente: Policiales Córdoba
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