"La música de Pachi es pura expresión, es decir mucho con poco".
Cerro Colorado- Un trabajo documental traza el perfil de un personaje característico del Cerro Colorado, El Indio Pachi, trabajador rural y guitarrero. "Sus maestros fueron el río y los pájaros", expresa el realizador.
Fernando Morales es guitarrista y compositor. Nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Trabajador rural, Morales sabe de madrugadas frías, largas jornadas de trabajo, y también de las noches abrigadas al calor del fuego y la guitarra. Apasionado por las raíces de la música folklórica, un día emprendió un viaje a caballo desde su pueblo natal hacia la ciudad de Cosquín, junto al músico entrerriano Víctor Velázquez, para homenajear de ese modo a Jorge Cafrune en el marco del tradicional festival folklórico que se realiza en esa ciudad del Valle de Punilla.
Al tiempo, Morales fijó residencia en Córdoba, atrapado por su paisaje y muy especialmente por su gente. Producto de esa admiración, el músico encaró la película documental "Pachi, la leyenda, la historia", que rescata la figura de Patricio Barrera, guitarrero nacido en el Cerro Colorado, del que muy poco se conoce. La película fue declarada de Interés Cultural por el Gobierno de Córdoba, y será estrenada este sábado 27, a las 21, en el Cerro Colorado, mediante una proyección del Cine Móvil de la Agencia Córdoba Cultura. Antes de la proyección, será descubierta frente a la iglesia del pueblo una escultura del Indio Pachi, creación del artista plástico Juan Carlos Antuña.
Esta no es la primera vez que Fernando Morales se pone en la piel de guionista y director de cine. Junto al periodista Víctor Pintos realizó el Cd y Dvd "Campo de la Cruz" (2007) dedicado a Héctor Roberto Chavero, Atahualpa Yupanqui. Este joven guitarrista, talentoso compositor e intérprete, también trabajador rural, vuelve a mostrar sus dotes como estudioso de los sonidos de la tierra en este documental, que rescata de los rincones de las desmemoria a una figura genuina de nuestra música folklórica.
- ¿Quién era Patricio Barrera, El Indio Pachi?
Nació y vivo hasta que se fue al silencio en el Cerro Colorado. Tuvo varios oficios, fue picapedrero, tenía una pequeña chacra que era el sustento de su familia, unas cabras, sembraba, y de a ratos ejercía de peluquero.
Además de sus virtudes en la guitarra, Pachi se destacó por ser un hombre muy bueno, generoso y hospitalario. Fue querido y respetado por todo el pueblo. Aún se lo menciona como "don Pachi", y esa denominación de "Don" llega cuando se la ha ganado por su forma de transitar en la vida y vivir siempre en armonía. Pachi era sinónimo de amistad, de juntada a guitarrear, de asados y serenatas en la madrugada. Y era también una mano tendida para quien acudía a su colaboración o pedido.
- ¿Cuál es el legado de Pachi para el cancionero popular?
Cuando se nombraba la guitarra en el norte de Córdoba, en la década del ´50 o ´60, era frecuente mencionar al Indio Pachi. Autodidacta, que supo traducir muy bien en su guitarra tocada al revés lo que la tierra le dictó. Ese sonido de manos de trabajo del campo, de ordeñe, de punta y masa para trabajar la piedra, ese sonido solamente fue posible porque sus manos y su alma vivían en contacto directo y en armonía con la tierra.
Escuché mucho a Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Abel Fleury, Carlos Di Fulvio, Omar Moreno Palacios, entre otros. Y en ellos encontré ese sonido del campo, como el que logró Pachi, sin maestros más que sonido del río y los pájaros. Sencillez y alma. Siento que su obra tiene peso propio, es pura expresión, es decir mucho con poco.
Pachi representa un estilo de tocar la guitarra. Una forma particular que hizo que 100 años después alguien se siente a escribir y querer saber más sobre él y mostrar su historia. Tal vez no dejó una gran cantidad de obras como legado, pero quedó eso a lo que muchos aspiran: entrar en el mundo de lo anónimo.
Quienes hemos vivido y trabajado en el campo sabemos el rigor que sufren las manos y esa rusticidad hace que el sonido tenga hondura y expresión. Eso es lo que lograba Pachi.
- ¿Cuán valioso ha sido el aporte de la mujer de Pachi, doña Blanca, recientemente fallecida?
El aporte de doña Blanca fue fundamental. En principio porque ella fue quien me impulsó a realizarlo, tocar la obra y mostrarle al público la calidad de artista que era Pachi. Todo lo que van a ver en este trabajo fue facilitado por doña Blanca. Ella me autorizó, no sólo a mostrar la obra, sino ahondar en su vida y conocer más aún cómo vivía y pensaba Patricio Barrera.
Sé que disfrutó este trabajo, lo notaba en sus ojos y en sus gestos cuando rodábamos en el pueblo y su casa. Su predisposición para participar de la película fue desde el primer momento. Charlamos mucho, me abrió su casa y su corazón crear esta otra historia que se verá en pantalla. Le estaré eternamente agradecido por sus palabras, sus consejos, y su silencio que supe apreciar.
Doña Blanca me enseño mucho y aun resuena en mis oídos las palabras que me decía cada vez que me iba de su casa: -"cuídese m´hijo"-.
- ¿Qué despertó tu interés por realizar el documental?
Soy un músico inquieto por conocer un poco más sobre esa música que me atrapa, que es la que sonaba y suena en las guitarras de campo. Vi muchos documentales sobre músicos de nuestro país y extranjeros. Leí sobre montajes y armado de guiones. Sobre todo aprendí mucho conociendo los tiempos de escenas y planos en el día a día del trabajo durante estos dos años que llevó la realización. Hugo Mamaní, cámara y montajista de "Pachi", fue quien iba traduciendo mis ideas para llevarlas a la pantalla. Otra de las personas que consulte por la experiencia en trabajos de esas características fue el periodista Víctor Pintos, quien también forma parte de este sueño, además de la amistad que nos une.
Al tiempo, Morales fijó residencia en Córdoba, atrapado por su paisaje y muy especialmente por su gente. Producto de esa admiración, el músico encaró la película documental "Pachi, la leyenda, la historia", que rescata la figura de Patricio Barrera, guitarrero nacido en el Cerro Colorado, del que muy poco se conoce. La película fue declarada de Interés Cultural por el Gobierno de Córdoba, y será estrenada este sábado 27, a las 21, en el Cerro Colorado, mediante una proyección del Cine Móvil de la Agencia Córdoba Cultura. Antes de la proyección, será descubierta frente a la iglesia del pueblo una escultura del Indio Pachi, creación del artista plástico Juan Carlos Antuña.
Esta no es la primera vez que Fernando Morales se pone en la piel de guionista y director de cine. Junto al periodista Víctor Pintos realizó el Cd y Dvd "Campo de la Cruz" (2007) dedicado a Héctor Roberto Chavero, Atahualpa Yupanqui. Este joven guitarrista, talentoso compositor e intérprete, también trabajador rural, vuelve a mostrar sus dotes como estudioso de los sonidos de la tierra en este documental, que rescata de los rincones de las desmemoria a una figura genuina de nuestra música folklórica.
- ¿Quién era Patricio Barrera, El Indio Pachi?
Nació y vivo hasta que se fue al silencio en el Cerro Colorado. Tuvo varios oficios, fue picapedrero, tenía una pequeña chacra que era el sustento de su familia, unas cabras, sembraba, y de a ratos ejercía de peluquero.
Además de sus virtudes en la guitarra, Pachi se destacó por ser un hombre muy bueno, generoso y hospitalario. Fue querido y respetado por todo el pueblo. Aún se lo menciona como "don Pachi", y esa denominación de "Don" llega cuando se la ha ganado por su forma de transitar en la vida y vivir siempre en armonía. Pachi era sinónimo de amistad, de juntada a guitarrear, de asados y serenatas en la madrugada. Y era también una mano tendida para quien acudía a su colaboración o pedido.
- ¿Cuál es el legado de Pachi para el cancionero popular?
Cuando se nombraba la guitarra en el norte de Córdoba, en la década del ´50 o ´60, era frecuente mencionar al Indio Pachi. Autodidacta, que supo traducir muy bien en su guitarra tocada al revés lo que la tierra le dictó. Ese sonido de manos de trabajo del campo, de ordeñe, de punta y masa para trabajar la piedra, ese sonido solamente fue posible porque sus manos y su alma vivían en contacto directo y en armonía con la tierra.
Escuché mucho a Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Abel Fleury, Carlos Di Fulvio, Omar Moreno Palacios, entre otros. Y en ellos encontré ese sonido del campo, como el que logró Pachi, sin maestros más que sonido del río y los pájaros. Sencillez y alma. Siento que su obra tiene peso propio, es pura expresión, es decir mucho con poco.
Pachi representa un estilo de tocar la guitarra. Una forma particular que hizo que 100 años después alguien se siente a escribir y querer saber más sobre él y mostrar su historia. Tal vez no dejó una gran cantidad de obras como legado, pero quedó eso a lo que muchos aspiran: entrar en el mundo de lo anónimo.
Quienes hemos vivido y trabajado en el campo sabemos el rigor que sufren las manos y esa rusticidad hace que el sonido tenga hondura y expresión. Eso es lo que lograba Pachi.
- ¿Cuán valioso ha sido el aporte de la mujer de Pachi, doña Blanca, recientemente fallecida?
El aporte de doña Blanca fue fundamental. En principio porque ella fue quien me impulsó a realizarlo, tocar la obra y mostrarle al público la calidad de artista que era Pachi. Todo lo que van a ver en este trabajo fue facilitado por doña Blanca. Ella me autorizó, no sólo a mostrar la obra, sino ahondar en su vida y conocer más aún cómo vivía y pensaba Patricio Barrera.
Sé que disfrutó este trabajo, lo notaba en sus ojos y en sus gestos cuando rodábamos en el pueblo y su casa. Su predisposición para participar de la película fue desde el primer momento. Charlamos mucho, me abrió su casa y su corazón crear esta otra historia que se verá en pantalla. Le estaré eternamente agradecido por sus palabras, sus consejos, y su silencio que supe apreciar.
Doña Blanca me enseño mucho y aun resuena en mis oídos las palabras que me decía cada vez que me iba de su casa: -"cuídese m´hijo"-.
- ¿Qué despertó tu interés por realizar el documental?
Soy un músico inquieto por conocer un poco más sobre esa música que me atrapa, que es la que sonaba y suena en las guitarras de campo. Vi muchos documentales sobre músicos de nuestro país y extranjeros. Leí sobre montajes y armado de guiones. Sobre todo aprendí mucho conociendo los tiempos de escenas y planos en el día a día del trabajo durante estos dos años que llevó la realización. Hugo Mamaní, cámara y montajista de "Pachi", fue quien iba traduciendo mis ideas para llevarlas a la pantalla. Otra de las personas que consulte por la experiencia en trabajos de esas características fue el periodista Víctor Pintos, quien también forma parte de este sueño, además de la amistad que nos une.
No hay comentarios:
Publicar un comentario