miércoles, 13 de octubre de 2010

Inexplicable parálisis en el Concejo Deliberante de Totoral…

Villa del Totoral - Los concejales de Villa del Totoral, por cuyas manos debe pasar la mayor parte de las decisiones de la administración comunal, ofrecieron en los últimos días otra muestra de una inexplicable falta de contracción a su tarea, al suspender por segunda vez consecutiva la sesión que debían realizar, por la sencilla razón de que la mayoría de los ediles se ausentaron.
Posiblemente afectados por la sorpresiva irrupción -hace tres semanas- de un grupo de vecinos de barrio Lourdes que reclamaron ante los concejales acciones para frenar el volcamiento de líquidos cloacales a una acequia de ese sector, o quien sabe debido a qué, el cuerpo de ediles no se reunió el jueves 30 de setiembre, como se anunció en aquel momento. La sesión se postergó para el 7 de octubre último y en esa oportunidad sólo concurrieron dos representantes del radicalismo: Luis Cravero y Darío Torres. Sin que se conociera la justificación, faltaron el presidente del cuerpo, Pedro Céliz (PJ) y sus pares Magdalena Limia, María del Carmen Luján y Matías Barbieri. Transcurrida la media hora "de tolerancia" que es habitual, la sesión debió levantarse por falta de quorum. Un vecino de barrio Lourdes -afectado por el volcamiento cloacal- que llegó minutos después se encontró con la desoladora novedad de que la sesión que se prometió la última vez para continuar el análisis de ese grave problema, otra vez resultó fallida. El hombre reclamó indignado, pero sólo debió quedarse con eso.
Sin ganas y sin control...
La actitud del Concejo se inscribe en una situación que se prolonga en el tiempo sin que nadie reaccione ni les reclame; ni desde las autoridades municipales ni desde la comunidad de Totoral, que llevó con su voto a que cada uno de los ediles ocupe su banca. Las personas que integran el Concejo Deliberante en las últimas elecciones se ofrecieron ante todos los vecinos para cumplir un rol que vienen desempeñando de manera muy deficiente.
Mientras en casi todas las municipalidades las sesiones de los concejales son semanales, en Totoral se realizan cada quince días. Sólo dos veces por mes y unas pocas horas en la noche, se reúnen para analizar, supuestamente debatir y votar temas de interés público que son claves para la vida en la comunidad que representan. No sólo eso; a lo largo de este año, hubo meses en los cuales sólo se encontraron una sola vez. Y no lo hacen gratis: cada uno cobra viáticos por 500 pesos mensuales y están exentos del pago del impuesto municipal a los automotores por su condición de representantes del pueblo.
La última vez que se reunieron -la noche del reclamo de los vecinos- fue el 23 de setiembre. Si bien tras la frustrada reunión del 7 de octubre ni siquiera se anunció cuándo será la próxima, podría preverse que se haría el jueves 14, con lo cual habrán transcurrido tres semanas sin tratar ni un solo tema vinculado a su función. Al margen de esto, no existe fuera de tan espaciada frecuencia otra labor, como reunión de comisiones, visitas a los barrios, reuniones con entidades sociales de la villa, etc.
Por el contrario, en varias de las sesiones que celebraron, se debatieron temas y se intentaron aprobar ordenanzas sin seguir los mínimos presupuestos legales: aprobar obras sin licitación previa; gastos del Departamento Ejecutivo por los festejos del aniversario de la villa sin que se consigne la cifra de la erogación y votados sin que hubiese quórum; retraso en las actas donde debe quedar asentada cada sesión y varias situaciones semejantes.
Así, el Concejo Deliberante ha ingresado en el último tramo del período ordinario de sesiones 2010 con una larga lista de temas pendientes y un rol que se distancia del esperado en cuanto al tratamiento de ordenanzas y el control de los actos del Departamento Ejecutivo.
Fuente: Totoralblog

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