Córdoba - En el salón de actos del Pabellón Argentina y la Secretaría de Graduados de la Facultad de Medicina se desarrolló el "Primer Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados", a fines de agosto pasado.
Tras casi cien años al servicio de la "modernidad", varias decenas de Médicos de Pueblos Fumigados despertaron las obsecuentes estructuras universitarias para denunciar el aumento vertiginoso de abortos espontáneos y malformaciones congénitas provocadas por contaminación con agrotóxicos.
Los más señalados fueron el Endosulfan y el Glifosato con sus respectivos
coadjuvantes, por ser los más estudiados entre más de 100 mil moléculas que hoy componen los distintos productos "fitosanitarios", como gustan llamar los mercaderes de las cadenas alimentarias de transgénicos.
El Dr. Rodolfo Páramo, pediatra y neonatólogo de Malabrigo, en el centro norte santafesino, describió cómo se percató de la toxicidad de los agroquímicos cuando muchas mujeres tenían abortos espontáneos y/o hijos que nacían con malformaciones mientras los silos de la Cooperativa estuvieron en el centro de la ciudad. La situación cambió, en parte, cuando lograron sacar la planta de acopio a las afueras del pueblo. Explicó también cómo se sintió traiciondado por el SENASA que autorizaba el uso de Glifosato y otros agrotóxicos etiquetados como inocuos, cuando hoy se ha constatado su alto riesgo para la población en general y para las mujeres embarazadas en particular.
El Dr. Raúl Horacio Lucero, Jefe de Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Nacional del NorEste, presentó un listado de malformaciones en niños recién nacidos cuyas madres estuvieron expuestas cotidianamente, especialmente durante los primeras semanas de gestación, a las fumigaciones en los algodonales de la provincia del Chaco.
La Dra. Gladys Trombotto, genetista de la Maternidad de la Universidad Nacional de Córdoba, mostró cómo aumentaron los casos de malformaciones congénitas sin que hubieran habido modificaciones en los históricos factores de riesgos.
Por su parte el Dr. Hugo Gómez Demaio, jefe del servicio de pediatría del Hospital de la ciudad de Posadas, Misiones, además de mostrar estadísticas y casos de malformaciones congénitas notorias en hijos de campesinos de la región, también destacó que la interferencia de los agrotóxicos como disruptores endócrinos provocan desde afeminamiento en los varones hasta una total incapacidad de engendrar varones por la falta de testosterona en la etapa de formación de la cresta neural, antes de la 5ª semana de gestación.
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