Llega un nuevo ciclo musical en Semana Santa, con conciertos y recitales de música de cámara, interpretados por pequeñas agrupaciones instrumentales y vocales.
Entre el jueves 24 y el sábado 26, las estancias jesuíticas de Córdoba serán escenario de un ciclo de recitales que lleva por nombre Suenan las Estancias. Se trata de una nueva propuesta musical que organizan en conjunto el Ministerio de Turismo de la Nación y la Agencia Córdoba Cultura. Es un ciclo de seis conciertos y recitales de música de cámara de los más variados estilos, con la actuación de pequeñas agrupaciones instrumentales y vocales que atraviesan repertorios clásicos y populares. Todas las presentaciones son con entrada libre y gratuita.
En este marco, el jueves 24, a las 18, el cuarteto de flautas Son A4, interpreta música argentina, latinoamericana y algunos clásicos, en el Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia- Casa del Virrey Liniers. A las 21, Nicolás Mazza Trío -guitarra, percusión y clarinete-, ofrece arreglos basados en danzas tradicionales argentinas y en músicas ancestrales de los pueblos originarios del país, en la Estancia Jesuítica de Colonia Caroya.
En la segunda jornada, el viernes 25, a las 13, el Trío Alliance -clarinete, violín, y piano- se ajusta a un programa de música clásica en la Estancia Jesuítica Santa Catalina. A las 20, el cantautor Lucas Heredia se presenta en la Capilla de Candonga para ofrecer su repertorio de canciones en un formato intimista.
Para finalizar, el sábado 26, a las 16, el dúo La viajerita interpreta su repertorio de canciones latinoamericanas -tangos, chacareras, zambas, candombes, y chamamé- en la Estancia Jesuítica La Candelaria. A a las 23.30, el trío Zingaros -fusión de música gitana y tango- brinda un recital de música gitana Estancia Jesuítica de Jesús María.
En este marco, el jueves 24, a las 18, el cuarteto de flautas Son A4, interpreta música argentina, latinoamericana y algunos clásicos, en el Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia- Casa del Virrey Liniers. A las 21, Nicolás Mazza Trío -guitarra, percusión y clarinete-, ofrece arreglos basados en danzas tradicionales argentinas y en músicas ancestrales de los pueblos originarios del país, en la Estancia Jesuítica de Colonia Caroya.
En la segunda jornada, el viernes 25, a las 13, el Trío Alliance -clarinete, violín, y piano- se ajusta a un programa de música clásica en la Estancia Jesuítica Santa Catalina. A las 20, el cantautor Lucas Heredia se presenta en la Capilla de Candonga para ofrecer su repertorio de canciones en un formato intimista.
Para finalizar, el sábado 26, a las 16, el dúo La viajerita interpreta su repertorio de canciones latinoamericanas -tangos, chacareras, zambas, candombes, y chamamé- en la Estancia Jesuítica La Candelaria. A a las 23.30, el trío Zingaros -fusión de música gitana y tango- brinda un recital de música gitana Estancia Jesuítica de Jesús María.
Patrimonio cultural
El conjunto de estancias constituye un legado de la acción material y cultural de la Compañía de Jesús en la Provincia de Córdoba. En los siglos XVII y XVIII, las estancias producían el sustento económico del Colegio Máximo, la Universidad, el Colegio Convictorio Nuestra Señora de Monserrat y el Noviciado.
La Estancia de Caroya fue el primer establecimiento productivo y colonia de vacaciones de los internos del Colegio Convictorio. Le siguió la Estancia San Ignacio, en Jesús María, caracterizada por su producción vitivinícola. Continuando la huella imborrable de la historia, la Estancia de Santa Catalina se erige imponente muy cerca de las anteriores. Cambiando de rumbo, hacia el sur, se encuentra la Estancia de Alta Gracia, fiel exponente de la obra de la Compañía de Jesús, que sirvió además de vivienda del Virrey Liniers. Por último, la Estancia de La Candelaria fue un gran centro productor de ganado mular, que era destinado al Alto Perú, entre otras empresas productivas.
A raíz de su alta significación cultural, la UNESCO declaró a la "Manzana de las Luces y Estancias Jesuíticas de Córdoba" como patrimonio de la humanidad, en el año 2000. Aunque no está dentro de la denominación internacional de patrimonio, la Capilla de Candonga es una joya de la arquitectura religiosa colonial, y funcionó como oratorio de una estancia, San Gertrudis. Está ubicada muy cerca de la ciudad Capital, en la comuna El Manzano.
La Estancia de Caroya fue el primer establecimiento productivo y colonia de vacaciones de los internos del Colegio Convictorio. Le siguió la Estancia San Ignacio, en Jesús María, caracterizada por su producción vitivinícola. Continuando la huella imborrable de la historia, la Estancia de Santa Catalina se erige imponente muy cerca de las anteriores. Cambiando de rumbo, hacia el sur, se encuentra la Estancia de Alta Gracia, fiel exponente de la obra de la Compañía de Jesús, que sirvió además de vivienda del Virrey Liniers. Por último, la Estancia de La Candelaria fue un gran centro productor de ganado mular, que era destinado al Alto Perú, entre otras empresas productivas.
A raíz de su alta significación cultural, la UNESCO declaró a la "Manzana de las Luces y Estancias Jesuíticas de Córdoba" como patrimonio de la humanidad, en el año 2000. Aunque no está dentro de la denominación internacional de patrimonio, la Capilla de Candonga es una joya de la arquitectura religiosa colonial, y funcionó como oratorio de una estancia, San Gertrudis. Está ubicada muy cerca de la ciudad Capital, en la comuna El Manzano.
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