miércoles, 24 de mayo de 2017

Pese a la retractación de la víctima, condenan a un hombre por tentativa de femicidio

Para el tribunal, el intento de desincriminar al imputado constituyó inequívoca manifestación de la violencia de género.
Provinciales- La Cámara en lo Criminal de Villa María condenó a 14 años de prisión por el delito de homicidio triplemente calificado, en grado de tentativa, a un hombre que le prendió fuego a su concubina, causándole quemaduras en el 50 por ciento de la superficie corporal. Esto, pese a que la mujer se retractó de la acusación formulada contra su pareja y declaró que ella misma había iniciado el fuego.
El tribunal –integrado por los camaristas René Gandarillas, Osvaldo Mario Samuel y Marcelo Salomón y ocho jurados populares- consideró que el "torpe" intento de desincriminar al imputado, mediante una "retractación", constituye inequívoca manifestación de la violencia física, económica, sexual y psicológica que el hombre ejercía sobre la víctima desde que iniciaron la convivencia. La sentencia asegura que las carencias afectivas y los déficits estructurales de la personalidad de la mujer "favorecieron su dependencia y subordinación" hacia el acusado.
Si bien la mujer negó en su segunda declaración testimonial la acusación que había formulado en la primera, la Cámara en lo Criminal de Villa María tuvo en cuenta las manifestaciones de otros testigos que corroboraron la conducta atribuida al imputado. El tribunal recordó, incluso, que poco después del hecho la víctima había formulado declaraciones periodísticas al diario Puntal de Villa María, en las cuales aseguraba que su concubino le había prendido fuego. Estas aseveraciones, además, había sido reforzadas por los progenitores de la víctima en declaraciones a un canal de televisión local.
Homicidio triplemente calificado 
En su voto, el vocal Gandarillas –que ejerció la presidencia del tribunal- sostuvo que la conducta del imputado debía encuadrarse en la figura del homicidio triplemente calificado por el vínculo, por ensañamiento y mediando violencia de género, en grado de tentativa.
En la sentencia, el magistrado explico que la víctima convivió con el acusado trece años y que tuvo dos hijos con él. También señaló que el victimario utilizó un medio como el fuego que es "esencialmente cruel" y "apto para causarle sufrimientos innecesarios".
El camarista entendió que el hecho también se agravaba por haberse producido en un contexto de violencia de género, caracterizado por la subordinación en la que se encontraba la víctima a manos de su concubino. Para Gandarillas, esta subordinación fue creada y mantenida "a fuerza de violencia física, psicológica, económica y afectiva".
Finalmente, la sentencia afirma que la conducta del imputado constituye "un claro comienzo de ejecución del designio criminoso homicida" y que este propósito no pudo consumarse por causas ajenas a la voluntad de acusado, "traducidas en la propia resistencia de la víctima y el auxilio de terceros que concurrieron al lugar y extinguieron el fuego en su cuerpo".

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