viernes, 20 de enero de 2017

Cómo cuidar a los más pequeños este verano

Llegó el verano y los más pequeños de la casa necesitan de nuestra atención. Es importante que los bebés y niños no se vean afectados al sol. A continuación, además, dejamos algunos consejos para prevenir accidentes en piletas y natatorios.
Los miembros más pequeños de nuestra familia son más susceptibles a las altas temperaturas, por eso es necesario que los padres presten atención especial en ellos. De igual modo, toda la familia debe cuidarse de los efectos nocivos del sol.
Algunas recomendaciones
Es importante que los padres sepan que los niños menores a un año no deben exponerse al sol. En el caso que haya exposición ocasional, recordar siempre que los protectores solares son aptos para bebés a partir de los 6 meses.
Los niños mayores a un año deben evitar el sol entre las 10 y las 16 horas y se les debe aplicar protector solar de amplio espectro (contra rayos UVA y UVB). La capa debe ser generosa y cubrir toda la piel que se encuentre expuesta a los rayos solares. Recordar cubrir orejas, el cuello, los pies y el dorso de las manos; y renovarlo cada dos horas o luego de sumergirse al agua.
Para prevenir los efectos del shock térmico o golpe de calor, es recomendable vestir a los niños con ropas claras y siempre ponerles gorros o sombreros.
La hidratación es esencial en el cuidado del verano; ofrezcamos agua fresca sin esperar que la pidan, para mantenerlos hidratados en todo momento. Para las mamás que aún amamantan, hay que darles el pecho con mayor frecuencia.
Los síntomas del golpe de calor en los bebés y niños pequeños son fiebre, sed intensa, piel roja, caliente o seca, letargo o desmayos, falta de apetito, náuseas y vómitos, irritabilidad. Ante cualquiera de estos signos, no hay que demorar la consulta y mientras tanto, suministrarle agua o leche materna, y utilizar compresas frías para ayudar a bajar la temperatura. No administrar ningún medicamento sin concurrir al médico.
La lactancia materna también es clave para prevenir otro mal del verano: las diarreas. La leche materna debe ser el único alimento hasta los 6 meses de edad; y que debe continuarse hasta los dos años junto con la alimentación complementaria para la edad. El lavado de manos, la correcta higiene y cocción de los alimentos y la utilización de agua segura son otras medidas fundamentales para evitar estas enfermedades.
Otro consejo importante es mantener al día los carnets de vacunación, ya que el calendario oficial ofrece una amplia protección contra varias de las enfermedades infantiles más comunes.
Accidentes en piletas
Los ríos y piletas son espacios de diversión para los más pequeños, pero requiere que los padres estén continuamente atentos a los movimientos de sus hijos para evitar accidentes.
No hay que confiarse en los flotadores, pueden pincharse y tener pérdidas en el agua y no siempre son eficaces para sostener la cabeza de los niños fuera del agua. Los dispositivos más apropiados son los chalecos, que deben tener broches seguros y correa en la zona inguinal. Pero en todos los casos deben ser utilizados con un adulto al lado.
Las piscinas domiciliarias, deben estar protegidas siempre por un cerco que las rodee por completo, con una altura mínima de un metro. Se recomienda, además, no dejar sillas de jardín próximas al cerco, ya que los niños podrían usarlas para treparse y evitar dejar juguetes u objetos que llamen la atención de los niños para que no intenten sumergirse a buscarlos.
En el caso de ríos o mar, los niños menores de dos años solo deben permanecer en la orilla y sujetos en todo momento por un mayor.
Prestar atención a posibles resbalones en superficies mojadas alrededor de la pileta, tanto del bebé como de niños más grandes o de adultos, que pueden provocar otras caídas, empujones o accidentes. Es importante transmitir a toda la familia que no se debe correr alrededor de las piscinas.

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